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Aseguran que el aborto tiene pocos efectos en la salud mental de las mujeres

Adamed Mujer en 26/12/2016 - 4:00 pm en Aborto

Una investigación reciente niega la creencia que finalizar un embarazo provoca que las mujeres experimenten traumas emocionales y psicológicos. Durante cinco años siguieron a mil mujeres que buscaron practicarse un aborto en Estados Unidos y descubrieron que las que se sometieron al procedimiento no experimentaron más depresión, ansiedad, baja autoestima ni insatisfacción con la vida que aquellas a quienes se les negó. El estudio, publicado en JAMA Psychiatry, solo encontró un aumento de síntomas psicológicos en las mujeres que solicitaron abortos pero no les permitieron someterse al procedimiento porque sus embarazos habían sobrepasado la fecha límite. Sin embargo, su angustia fue corta, bien sea que buscaran abortar en otro lado o que tuvieran al bebé. Aproximadamente, seis meses después de que las rechazaran en la primera clínica su salud mental se parecía a la de quienes habían abortado.

“Lo que considero increíblemente interesante es cómo todas de alguna forma se emparejan después de seis meses a un año”, señaló Katie Watson, una especialista en bioética de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, quien no participó en la investigación. “Este estudio nos habla de la resiliencia de la gente que lidia lo mejor que puede con las circunstancias y sale adelante”, dijo. Con el nombre de Turnaway Study y conducido por el programa de Nuevos Estándares Avanzados en Salud Reproductiva de la Universidad de California, el estudio luchó por evitar las dificultades metodológicas de las investigaciones anteriores. Otros ensayos compararon a las mujeres que abortaron con las que elegían dar a luz, dos grupos tan diferentes que, según varios expertos, era poco lo que podía aprenderse al compararlos. Otros estudios no explicaban si las mujeres habían tenido problemas psicológicos previos, lo que las pone en mayor riesgo de presentar problemas de salud mental después de un aborto.

El Turnaway Study consideró los antecedentes de salud mental y se enfocó en mujeres que están cerca o más allá de la fecha límite en que una clínica permitiría un aborto, de manera que los investigadores pudieron comparar a las mujeres que solicitaron abortos desde el principio. Los límites de las clínicas varían según el estado pero también las decisiones individuales de la clínica. Los límites en las 30 clínicas de los 21 estados que se usaron en el estudio oscilaron entre las diez semanas de embarazo y el final del segundo trimestre, aproximadamente unas 25 semanas. Roger Rochat, profesor de salud global y epidemiología en la Universidad Emory, dijo que el estudio “proporciona la mejor evidencia científica” sobre el tema.

Aunque en Estados Unidos una mayoría abrumadora se realiza abortos durante el primer trimestre, el estudio incluyó a cientos de mujeres que los solicitaban cuando su embarazo estaba más avanzado. Hubo 452 casos cuyos embarazos estaban a dos semanas del límite marcado por la clínica y a quienes sí se les practicó, y 231 mujeres a las que se les negó, puesto que sus embarazos sobrepasaban por tres semanas el límite de la clínica. El estudio también incluyó a 273 mujeres a las que se les practicó un aborto durante el primer trimestre del embarazo. De las 231 rechazadas, 161 parieron y 70 sufrieron abortos espontáneos o interrumpieron sus embarazos en otro lugar, por lo que a menudo tuvieron que viajar y gastar más. Una semana después de que las mujeres solicitaran el aborto, los investigadores les hacían preguntas para valorar su bienestar psicológico y las entrevistaron cada seis meses durante cinco años.

M. Antonia Biggs, una psicóloga social que realizó y escribió el estudio, dijo que algunas personas “esperarían que las mujeres que han pasado por un aborto tuvieran depresión y ansiedad con el tiempo, pero no vemos eso”. Dijo que, en cambio, la investigación mostró que “las mujeres a quienes se les niega el aborto presentan más ansiedad, baja autoestima y menor satisfacción con la vida que las mujeres que sí pueden obtenerlo. Sin embargo, después de seis meses a un año, ya se sienten igual que las mujeres que sí abortaron”. Otro hallazgo importante fue que las mujeres que abortaron durante el primer trimestre de su embarazo no estuvieron ni más ni menos afectadas que las mujeres que abortaron después. “La gente pensaba que, para su salud mental, sería más difícil pasar por el procedimiento tardíamente que hacerlo pronto, pero no encontramos eso”, señaló Biggs.

El estudio sugiere que “es más probable que ampliar el acceso al aborto proteja la salud mental de una mujer más que restringirlo”, pero también señaló que algunos resultados “podrían no estar muy a favor de la decisión de la mujer”. Estos afirman que ninguno de los grupos mostró diferencias en cuanto a la depresión y que las mujeres a quienes se les negó el aborto no tuvieron “más consecuencias negativas a largo plazo en cuanto a la salud mental”.

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