¿Cuándo se necesita terapia psicológica en el embarazo?

Cada vez más personas consideran ir a terapia psicológica antes de hacer una transición importante en su vida, como casarse o cambiar de carrera. Pero cuando se trata de un cambio en la vida, como es la paternidad, pensar en ir al psicólogo no es tan común. A las mujeres se les aconseja que hagan ejercicio y cuiden su alimentación durante el embarazo pero no siempre se aconseja la psicoterapia como una parte importante de su régimen de atención prenatal. Sin embargo, según muchos expertos puede ser beneficioso tanto para la madre como para el bebé, tanto durante como después del embarazo.
Para muchas personas, el embarazo es ese momento feliz lleno de emoción y ansiedad. Aún así determinados trastornos mentales como la depresión y la ansiedad repercuten entre el 15 y el 20 por ciento de las mujeres durante el embarazo y el período postparto. Mientras que la anticipación del nacimiento de un niño a menudo provoca emociones positivas, también puede hacer que una mujer se sienta ambivalente. Puede dividirse entre querer tener su hijo y sentirse como si estuviera perdiendo su identidad independiente. También pueden surgir preocupaciones por el impacto que tendrá la maternidad en su matrimonio, sus finanzas y sus amistades.
«La psicoterapia puede ayudar a las madres expectantes a mitigar algo de este estrés y expresar sus preocupaciones o ansiedades acerca de convertirse en una progenitora», asegura Ramani Durvasula, profesora de psicología en la Universidad de California. Además, puede proveer un espacio sin prejuicios y de apoyo donde las nuevas mamás pueden hablar abiertamente sobre temas prohibidos, como el miedo y el arrepentimiento. Los estudios han demostrado que cuando las mujeres embarazadas experimentan estrés, ansiedad y depresión, las afecta tanto a ellas, como al bebé en desarrollo. Según March of Dimes, una organización sin fines de lucro, la exposición prolongada a altos niveles de estrés puede causar problemas de salud, como presión arterial alta o enfermedades del corazón, y puede aumentar las posibilidades de tener un bebé prematuro.
De acuerdo con la profesora asociada de psiquiatría y obstetricia de la Universidad de Columbia, Catherine Monk, debería introducirse la terapia como parte de la atención preventiva. Su recomendación se basa en la investigación que ella y sus colegas han hecho sobre los efectos de la depresión en las mujeres y sus fetos. Los resultados sugieren que, de hecho, hay una tercera vía por la cual el riesgo de enfermedad mental se «contagia» en las familias. «No se trata sólo de genes compartidos o de cómo se crían los niños en su entorno, sino de cómo se siente la mujer durante el embarazo», resaltó.
Para entender mejor estas conexiones, investigadores han analizado a mujeres embarazadas donde aplicaban «factores de estrés» leves -como hacer tareas de matemáticas durante cinco minutos- mientras controlaban su presión arterial y su frecuencia cardíaca. Descubrieron que los fetos de las mujeres que vivían en ciudades de alto estrés, como Nueva York o Washington, mostraron un aumento de la frecuencia cardíaca cuando sus madres estaban pasando por el desafío, en contraposición a aquellos fetos cuyas madres vivían en ciudades menos estresantes. Monk explicó que cuando el ritmo cardíaco de la madre y la presión arterial cambian en respuesta al estrés, eso actúa como un estímulo para el feto.
Los expertos coincidieron en que la terapia puede ser una forma eficaz para ayudar a controlar la salud mental de una mujer, observar cambios en su estado de ánimo y ansiedad y asegurar que reciba apoyo adicional según sea necesario, tanto durante el embarazo como después del parto. «Hay pocas veces en la vida donde la psicoterapia es más útil que durante el embarazo», asegura Durvasula, quien lo recomendó como parte del cuidado prenatal estándar, junto con el ejercicio y la nutrición. Este tipo de atención preventiva de salud mental durante el embarazo puede beneficiar a las madres embarazadas, todas ellas al borde de una enorme transición vital.
- Fuente: Infobae
- Foto: Raúl Hernández González