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En el embarazo aumenta el riesgo de infecciones urinarias

Adamed Mujer en 30/11/2015 - 2:48 pm en Embarazo

Las mujeres son más propensas a sufrir una infección urinaria que los hombres; si además la infección se produce durante el embarazo, puede traer graves consecuencias para la madre y el bebé. La infección urinaria está provocada por la invasión de microorganismos en el sistema urinario; es una de las patologías más comunes en el embarazo. Aunque no está del todo claro el por qué, existe una relación directa entre estar embarazada y desarrollar una cistitis. Además, durante la gestación se producen una serie de cambios en el organismo que pueden elevar el riesgo de padecer una infección renal o pielonefritis.

La pielonefritis constituye una de las complicaciones graves más comunes durante el embarazo. Su riesgo reside en la posibilidad que existe de que la infección se extienda a la corriente sanguínea, lo que resultaría extremadamente peligroso tanto para la madre como para el feto. Por esta razón, los análisis de orina son una de las pruebas más frecuentes en los controles rutinarios prenatales. El riesgo de padecer una infección en los riñones aumenta en las embarazadas debido a que muchas de las mujeres que la padecen no presentan síntomas. Esto se conoce como bacteriuria asintomática, y es muy frecuente. Cuando no se está embarazada, esta situación no suele causar problemas, ya que a menudo desaparece por sí sola; sin embargo, durante un embarazo, si no se trata, eleva el riesgo de desarrollar una pielonefritis.

La infección renal en embarazadas está muy relacionada con las complicaciones que pueden aparecer tanto en el parto como en la propia gestación del feto, ya que eleva el riesgo de tener un parto prematuro y contracciones prematuras, puede retardar el crecimiento intrauterino, eleva el riesgo de que se rompan las membranas del útero y, en algunas ocasiones, se ha llegado a relacionar con casos de muerte fetal. Además, eleva el riesgo de que el bebé nazca con bajo peso y con anemia.

Entre los síntomas más frecuentes de una infección urinaria se incluyen dolor o sensación de ardor al orinar, necesidad de orinar con más frecuencia de lo habitual y turbiedad, mal olor o presencia de sangre en la orina. Si se presenta esta sintomatología, es necesario acudir al médico para recibir un tratamiento con antibióticos que sea seguro tanto para la madre como para el feto.

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