Importancia de la consulta preconcepcional ante alteraciones hormonales

La recomendación de los expertos es que siempre, cuando una mujer piense en ser madre, lo primero es asistir a una consulta preconcepcional para conocer su estado de salud, pero este consejo debe ser una obligación para las mujeres que ya saben que tienen una enfermedad de base o alteraciones hormonales.
Este tipo de complicaciones se originan por diversas causas, entre ellas: el ritmo de vida, la alimentación desordenada y el estrés, que a su vez, producen cambios en el metabolismo, dando paso a enfermedades como el hipotiroidismo, la diabetes, la hipertensión, y el sobrepeso, entre otros males. Cualquiera de estas complicaciones de salud puede llegar a influir en la posibilidad de concebir. Aunque no quiere decir con ello que sea algo definitivo o determinante, si es fundamental que ellas tengan en cuenta el tipo de diagnóstico y lo mantengan controlado, con la medicación apropiada de forma individual.
Diagnósticos más comunes y cómo tratarlos:
- Elevación de la prolactina: una de las señales de que existe alguna alteración en la hipófisis, es que la mujer no menstrúe pero que secrete leche por los senos, lo que haría pensar en un embarazo. Sin embargo, al realizar las pruebas dicha mujer no espera un hijo. Entonces, puede suceder, que exista un tumor en la hipófisis, los cuales en casi el cien por ciento de los casos son benignos, y que si se detectan y tratan a tiempo, la mujer podrá embarazarse tras controlar la elevación de la prolactina.
- Hipotiroidismo: se trata de una alteración de la glándula tiroides que se encarga del balance metabólico del cuerpo y de regular funciones tan importantes como el ritmo cardíaco, el sistema nervioso, la digestión, el aparato genital y la temperatura corporal, entre otras. Cuando se piensa en tener un hijo, lo indicado es que seis meses antes, solicites la prueba de tiroides si tienes algún síntoma, así tu médico puede comenzar un tratamiento a tiempo.
- Diabetes: frente a esta situación son varios los escenarios. Uno es el de una mujer diabética que se embaraza y puede ser diabética tipo 1, que depende de insulina y requiere un control muy minucioso ya que sus dosis de insulina tendrán que estar ajustadas de acuerdo con su estado de embarazo. El otro caso es una madre diabética tipo 2, que está en embarazo, que debe llevar una alimentación muy especial con ajustes en sus medicamentos y una evaluación del especialista ante la posibilidad de requerir otras terapias.
- Hipertensión: la mujer que no es hipertensa pero durante el embarazo se le sube la tensión puede estar alertando de una enfermedad grave como la preeclampsia y eclampsia, que ponen en peligro la vida de la madre y del feto, y que requiere de acciones de choque como interrumpir el embarazo, por lo que hay que adelantar el nacimiento, para asegurar la supervivencia del bebé.
- Sobrepeso y obesidad: tener sobrepeso no es una condición determinante para no concebir pero sí puede generar alteraciones hormonales que afectan los ciclos menstruales e interferir en la ovulación. El sobrepeso se relaciona con una afección llamada síndrome del ovario poliquístico (SOP), que hace que las mujeres produzcan mayor cantidad de hormona insulina. Si hay mucha cantidad de esta hormona se liberan andrógenos, que en niveles altos entorpecerán la ovulación y por tanto la gestación.