Respirar aire contaminado durante el embarazo puede dañar el cerebro del niño

La salud de los seres humanos comienza mucho antes del nacimiento. Si hace unas semanas se publicaba un estudio que concluía que tomar alcohol durante el embarazo genera graves trastornos mentales en los recién nacidos hace solo unos días aparecía otro informe que alertaba que respirar aire contaminado también podía producir daño en el cerebro del niño así como aumentar el riesgo de problemas cognitivos y de comportamiento en el futuro.
Investigadores del Centro de Columbia para la Salud Ambiental Infantil (CCCEH) de la Escuela Mailman de Salud Pública y sus colegas de la Universidad del Sur de California han encontrado una fuerte relación entre la exposición prenatal a hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) que se encuentran en la contaminación atmosférica y los cambios en la estructura cerebral del niño así como en posteriores problemas cognitivos y conductuales.
Los resultados, que aparecen en la revista Archives of General Psychiatry, se basa en un estudio realizado a más de 600 madres y niños de la ciudad de New York. Durante un período de tiempo las embarazadas llevan mochilas personales que contienen filtros que proporcionaron los investigadores una muestra del aire que las madres estaban respirando. Los filtros fueron luego analizados pos los niveles de HAP que contenían. Los investigadores informaron que la exposición prenatal a los HAP en el aire durante la gestación se asocia con retraso del desarrollo a los 3 años, reduce el coeficiente intelectual verbal a los 5 años, y los síntomas de ansiedad y depresión a los 7 años.
Los HAP se adhieren al aire por las emisiones de los vehículos de motor, el aceite y la quema de carbón para la calefacción y generación de energía, el humo del tabaco, y otras fuentes de combustión. «Este es el mayor estudio hasta la fecha sobre cómo los contaminantes del aire afectan el desarrollo de la mente; nuestros hallazgos sugieren que los HAP contribuyen al TDAH y otros problemas de comportamiento debido a los efectos perjudiciales de los tóxicos sobre el desarrollo temprano del cerebro», asegura el Dr. Peterson, uno de los autores del estudio.
Los investigadores documentaron reducciones de la sustancia blanca del hemisferio izquierdo del cerebro en los niños expuestos a altos niveles de HAP lo que provoca un procesamiento más lento de la información durante las pruebas de inteligencia y problemas de conducta más graves, como el trastorno de hiperactividad con déficit de atención (TDAH), así como comportamientos agresivos.