Una menor exposición a las luces antes de dormir disminuye el riesgo de diabetes gestacional

Un estudio ha mostrado la importancia de que las mujeres deberían atenuar las luces de su casa y apagar o al menos bajar el brillo de las pantallas de los monitores de ordenador y los teléfonos inteligentes tres horas antes de acostarse para así reducir el riesgo de diabetes gestacional. Las mujeres que desarrollaron diabetes mellitus gestacional no presentaban diferencias en su exposición a la luz durante el día o el sueño ni en sus niveles de actividad en comparación con las que no la desarrollaron. La exposición a la luz antes de dormir puede afectar al metabolismo de la glucosa a través de la hiperactividad simpática, lo que significa que la frecuencia cardiaca aumenta antes de acostarse cuando debería disminuir.
El estudio de 741 mujeres en su segundo trimestre se llevó a cabo midiendo la exposición a la luz mediante un actígrafo que llevaban en la muñeca. Se midió a las mujeres durante el segundo trimestre del embarazo, el momento en el que se someten a las pruebas rutinarias de detección de la diabetes gestacional.
Tras ajustar por separado la edad, el IMC, la raza/etnia, la educación, el seguro comercial, el horario laboral, la estación del año, la duración del sueño, el punto medio del sueño, el índice de regularidad del sueño y la exposición a la luz durante el día, la exposición a la luz antes de dormir siguió estando significativamente asociada con la diabetes gestacional.
Pese a que cada vez hay más datos que sugieren que la exposición a la luz por la noche antes de acostarse puede estar relacionada con un deterioro de la regulación de la glucosa en adultos en general, poco se sabe sobre el efecto de la exposición a la luz nocturna durante el embarazo en el riesgo de desarrollar diabetes gestacional.
La diabetes gestacional es una complicación común que va en aumento, teniendo importantes implicaciones para la salud tanto de la madre como de la descendencia; los datos muestran que las mujeres que padecen diabetes gestacional tienen casi 10 veces más probabilidades de desarrollar diabetes mellitus de tipo 2 en comparación con las que no tienen problemas de glucosa durante el embarazo.