Ventajas de tener una mascota durante el embarazo

Es común que las parejas tengan una mascota antes que un hijo, y cuando de repente reciben la noticia de un embarazo, pueden tener dudas de la conveniencia de qué hacer con el animal. La presencia de mascotas durante el embarazo puede no solo ser perjudicial, sino que puede convertirse en algo positivo. No solo hablamos por el lado emocional, también en lo que respecta a la salud. Para empezar, como el perro requiere que lo saquen a pasear, esto puede estimular a que la mujer camine más durante el embarazo, lo que es bueno tanto para ella como para el bebé.
Además, se dice que los perros son capaces de presentir que el parto se acerca y, una vez que el bebé nació, este y el perro pueden desarrollar un vínculo afectivo muy fuerte. La mascota puede jugar con él y lo cuidará, porque son instintivamente protectores. En este aspecto, hay razas de perros que por naturaleza son más cariñosas con los niños, así que, si una mujer en pleno embarazo quiere tener una de estas mascotas, será mejor que primero consulte con el veterinario.
Con la presencia de una mascota, la mujer embarazada también expone regularmente su sistema inmune a los microbios provenientes del animal, con lo cual su bebé tendrá menos predisposición a desarrollar en los primeros dos años una alergia llamada dermatitis atópica. En el caso de los gatos, sabemos que estos pueden transmitir a la mujer embarazada la toxoplasmosis, una infección que puede provocar malformaciones fetales. Por eso, se recomienda que la futura madre no manipule la bandeja sanitaria del animal y que no le dé de comer carne cruda o productos mal lavados. También se cree que si una mujer tiene una mascota en pleno embarazo, poco a poco deberá ir quitándole atención a medida que el parto se acerque. Así, la presencia del bebé no significará un cambio brusco para el animal.
- Foto: Nick and Dana Blizzard