El 40% de las mujeres mayores de 50 años sufrirá una fractura asociada a osteoporosis

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que en España dos millones y medio de mujeres padecen osteoporosis, sobre todo, después de la menopausia. La consecuencia más grave, advierten los especialistas, es la fractura. Ésta puede causar dolor, dificultad para realizar labores cotidianas o, en el peor de los casos y especialmente en edades avanzadas, puede provocar incluso la muerte. A pesar de que con unos buenos hábitos de vida y, en los casos necesarios, con un correcto tratamiento puede evitarse las fracturas, según la OMS, el 40% de las mujeres mayores de 50 años sufrirá alguna debido a la osteoporosis.
La regeneración del hueso es un proceso fisiológico. Durante la juventud, cada día el cuerpo crea más tejido del que pierde. No obstante, entre los 20 y 30 años se completa el proceso de mantenimiento de la masa ósea. Es a partir de ese momento cuando se produce una progresiva reducción de la densidad. La disminución anual comienza a ser entre un 0,3 y un 0,5%. Asimismo, esta degeneración se acentúa aún más en las mujeres después de la menopausia. El motivo, la bajada de estrógenos. Durante el climaterio, dejan de producirlos, de manera que la masa ósea queda desprotegida. Aunque la genética juega un papel importante, los hábitos de vida pueden ayudar a prevenir la progresión de esta enfermedad y, por lo tanto, la aparición de fracturas. “El 80-85% de la masa ósea que nosotros podemos tener nos la da la herencia genética, en el porcentaje restante intervienen otros factores como los hábitos de vida”, afirma Luis del Rio, consultor del departamento del servicio de radiología del Hospital Sant Joan de Déu.
El cuidado del hueso es un proceso que debe empezar desde bien temprano. Llevar una vida saludable es clave, y la nutrición, junto a la práctica diaria de ejercicio, representa un factor crucial. Aportar una cantidad adecuada de calcio y vitamina D a lo largo de toda la vida es fundamental para una buena salud del metabolismo óseo. El aporte de calcio se puede adquirir fácilmente a través de algunos alimentos. Los lácteos y derivados, las aceitunas, los frutos secos, especialmente las almendras, y los pescados con raspa, como los boquerones, por ejemplo, son algunos de los alimentos que deberían añadirse a la dieta de forma habitual. Pero para que ese calcio se absorba es esencial el aporte de vitamina D. Los especialistas recomiendan, además de tomar el sol de manera controlada sin protección unos 20 minutos al día, aportar la vitamina D en nuestra dieta. Los pescados azules, como sardinas, atún o anchoas, el queso, el salmón o las ostras son algunos de los pocos alimentos ricos en esta vitamina. Además, todas estas pautas se deben complementar con ejercicio físico diario. Los deportes que se realizan contra la gravedad son los más recomendados y, de ellos, caminar es, sin duda, la mejor opción.
Los profesionales alertan de la importancia de realizarse una densitometría ósea para conocer el estado de los huesos, sobre todo en pacientes de riesgo. Las mujeres postmenopáusicas, muy delgadas o fumadoras, personas que hayan sufrido una fractura por fragilidad o aquellas con familiares de primer grado que hayan sufrido una fractura de cadera, son los pacientes de más riesgo. Después de la menopausia, ellas reducen la producción de estrógenos, de tal forma que la masa ósea queda desprotegida.
- Fuente: Saludymedicina.org