El impacto de la endometriosis en las mujeres y cómo afrontar la enfermedad

La endometriosis es una de las enfermedades más dolorosas e incapacitantes para la mujer. Pero no son pocas las personas que no han oído hablar de ella y tiene algo de tabú por ser parte de las dolencias más íntimas. Un tabú rodeado de dolor, el principal síntoma que caracteriza a esta enfermedad crónica, que padece el 10% de la población femenina en edad fértil. Consiste en la implantación y crecimiento benigno de tejido endometrial fuera del útero. Este tejido se localiza de forma habitual en la zona pélvica y los ovarios, pero puede llegar incluso al intestino, la vejiga, el estómago y el pulmón.
Recibir un diagnóstico de endometriosis supone un impacto psicológico importante, puesto que no se conoce la causa que la produce ni el tratamiento específico logra su completa desaparición, únicamente trata sus síntomas. Es difícil hacerse a la idea de que se padece una enfermedad crónica como ésta, puesto que, como hemos visto, presenta dolor crónico de por vida y puede en muchos casos afectar a la fertilidad. En cada mujer se da una configuración particular de la enfermedad y de su vivencia emocional según qué áreas se vean afectadas. Algunas de estas áreas pueden resultar más obvias y evidentes, pero otras pueden ser más difíciles de identificar, porque pueden ser sutiles y pertenecer a la parte más íntima de la mujer.
Algunas de estas áreas son:
- Laboral: En ocasiones se producen dolores fuertes que impiden llevar una vida activa normal. Consultas médicas e intervenciones quirúrgicas que suponen días libres y bajas laborales.
- Familiar y social: Incomprensión y frustración por parte del entorno que les rodea, produciendo en la mujer aislamiento y soledad.
- Económicas: Tratamientos médicos y medicaciones de precio considerable, así como tratamientos de reproducción asistida en los casos de infertilidad.
- Sexual: Problemas a la hora de mantener relaciones sexuales, como dolor antes, durante o después de la relación sexual, falta de apetito, calambres, etc.
- Ocio y tiempo libre: Pueden verse reducidas algunas actividades y experiencia que supongan esfuerzo y movimiento físico, de forma temporal o más o menos crónica.
Ante el shock inicial del diagnóstico y en el periodo en el que es necesario ir acostumbrándose a convivir con la enfermedad. La experta Victoria Martínez Navarro es Psicóloga Especialista en Fertilidad en Clínicas Eva, en declaraciones a la web Nosotras.es aconseja seguir la siguiente ruta:
- Aceptación: Acepta tu enfermedad, sabiendo que habrá momentos de empeoramiento en los que deberás permitirte descansar y moderar tus actividades.
- Continúa con tu vida: Una vez aceptada la enfermedad, coge las riendas de tu vida y ocúpate de ella, conociendo tus nuevos límites.
- Aprende a explicar tu enfermedad: Saber y conocer todos los aspectos de la enfermedad te ayudará a conectar con los demás y a conseguir que entiendan por lo que estás pasando.
- Busca grupos de apoyo en tu ciudad o por Internet: Te ayudará a entender mejor la enfermedad, identificarte con un grupo de iguales y te sentirás comprendida por personas que se encuentran en tu misma situación.
- Pide ayuda y déjate ayudar: Busca ayuda profesional siempre que lo necesites.
- Fuente: Nosotras.com
- Foto: Megan T