Endometriosis, la enfermedad invisible

Aunque se calcula que un 10% de las mujeres en edad fértil sufre endometriosis, continúa siendo una enfermedad poco conocida para gran parte de la población. «Es una enfermedad benigna que se caracteriza porque los restos del endometrio, la cara interna del útero, que descaman en cada menstruación y por los que se produce el sangrado, en lugar de salir por la vagina, invaden y se depositan en otros órganos como los ovarios, el recto, la vejiga, etc.», explica Alicia Hernández, coordinadora de la Unidad de Endometriosis y de la Unidad de Ginecología Oncológica del Hospital Universitario La Paz. en un reportaje de el diario El Mundo.
Entre los síntomas que provoca uno de los más recurrentes es el enorme dolor que se siente durante las menstruaciones. Este dolor que se conoce como dismenorrea, está caracterizado por unos fuertes calambres menstruales. La doctora Hernández añade que, sin embargo, este intenso malestar no solo se produce en el aparato genital, sino que va a depender de dónde se localicen los focos de endometriosis: «Es habitual que haya dolor a otros niveles, es muy generalizado. Por ejemplo, es posible que el depósito del endometrio se dé en el recto, por lo que pueden producirse cuadros intestinales como estreñimiento o dolor al defecar».
Además de los síntomas señalados, la enfermedad provoca con alta frecuencia infertilidad en las pacientes. «Sabemos que la mujer con endometriosis tiene unos ovocitos en menor cantidad y de peor calidad. Esto puede facilitar una inadecuada reserva ovárica que retrase o impida un embarazo espontáneo«, detalla Hernández, quien expone que «la propia enfermedad, por una alteración inflamatoria inmunológica, crea un ambiente que no es el más adecuado para conseguir un embarazo de forma temprana».
Asimismo, la ginecóloga apunta que la edad es un factor determinante a tener en cuenta: «No es lo mismo una mujer de 28 años con endometriosis que otra paciente con 37. A partir de los 35 la cantidad y calidad de los ovocitos va disminuyendo». En este sentido, la experta destaca la importancia de detectar cuanto antes la patología. «Lo habitual es que el perfil de mujer con endometriosis sea aquella que desde joven ha empezado con reglas muy abundantes. Cuanto más sangrado se produce, más escama el endometrio y más dolor hay. Esto hace que exista una mayor predisposición a que esta paciente desarrolle la enfermedad en un futuro», indica.
Hernández insiste en la necesidad de diagnosticar de forma precoz la endometriosis porque cualquier enfermedad que provoque dolor crónico y repetido «siempre va a afectar la calidad de vida de una mujer. Además, un dolor pélvico intenso es muy invalidante». La especialista señala que las pacientes con esta patología pasan los días de menstruación incapacitadas y encamadas. «Hay casos que, incluso, están mal todo el mes, por lo que no pueden tener una vida y un trabajo normal», lamenta.
Para combatir la endometriosis, Hernández detalla que hay una escala de tratamientos dependiendo del grado de la enfermedad que sufra la paciente. «Hay tratamientos hormonales asociados a analgésicos recetados por los ginecólogos o acompañados de especialidades de la unidad de dolor, algo que supondría un escalón más en el arsenal terapéutico», manifiesta la ginecóloga, que añade que un porcentaje importante de casos acaba en cirugía.
Eso sí, aclara que siempre que se pueda combatir el dolor mediante tratamientos que alivien los síntomas o mejorar la infertilidad en unidades de reproducción, se debe evitar la intervención quirúrgica. Sobre esta, la doctora manifiesta que «es considerada como una cirugía de alta complejidad porque las estructuras anatómicas no están conservadas a la hora de intervenir. Se opera con la intención de eliminar toda la enfermedad y tratando de preservar el aparato genital de la paciente», concluye.
- Fuente: EL Mundo
- Foto: Britt-knee