La mortalidad materna es aún un gran desafío en buena parte del mundo

La mortalidad materna es uno de los indicadores más sensibles del desarrollo de una nación debido a que sus niveles reflejan la inequidad, la falta de acceso a los servicios médicos y la calidad de la atención obstétrica. Aproximadamente el 15% de las mujeres embarazadas presenta alguna patología que pone en riesgo su vida y la del neonato, por lo que requerirá de un cuidado obstétrico calificado. La hemorragia obstétrica es la principal causa de mortalidad materna en todo el mundo. La Organización de las Naciones Unidas y su Declaración Milenio, designaron ocho objetivos para los países miembros que incluyeron la reducción de la tasa de mortalidad materna en un 75% para el año 2015.
Sin embargo, en países como México no se ha alcanzado la meta propuesta por la ONU. A pesar de que se redujo significativamente la tasa de mortalidad materna desde 88,7 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en 1990, a 34,6 muertes por cada 100.000 nacidos vivos en el año 2015, no se logró la cifra objetivo de 22,2. “Hemos fracasado en abatir la muerte materna, el Estado ha fracasado en lograr la reducción deseada”, mencionó la Dra. Rosario Valenzuela Tortolero, ginecóloga del Hospital Ángeles Pedregal, durante la conferencia de clausura del XXII Congreso del Colegio Mexicano de Especialistas en Ginecología y Obstetricia (COMEGO) 2017, que se llevó a cabo del 27 al 30 de junio en la Ciudad de México.
El Dr. Palacios Jaraquemada, cirujano de urgencias y cirujano obstetra del Centro de Educación Médica e Investigación Clínica en Buenos Aires y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, recalcó que “realmente no es tan complicado” resolver el problema, podría solucionarse con prestar atención a los lugares con alta probabilidad de que los médicos no identifiquen los casos de alto riesgo, para que sean referidos a un especialista. El Dr. Francisco Zea Prado, experto en el manejo de la hemorragia obstétrica, del Departamento de Urgencias y Unidad Toco Quirúrgica, en el Instituto Nacional de Perinatología, en la Ciudad de México, recalcó la importancia de contar con un equipo multidisciplinario para atender las emergencias obstétricas. “Tenemos que erradicar la idea, ‘yo puedo hacerlo todo’, porque solos no podemos. Si trabajamos en conjunto, podemos resolver muchas cosas”.
Por otro lado, es necesario y urgente crear nuevas políticas más específicas que ejerzan todas las medidas posibles para evitar la muerte materna. El Dr. Zea Prado mencionó que la única solución es crear una ley en donde se obligue a los médicos que atiendan un parto a estar capacitados en urgencias obstétricas, hemorragia, preclampsia y sepsis. Una de las razones por la cual la hemorragia obstétrica es la principal causa de muerte materna, es porque la presión se aplica demasiado tarde y se activa la alarma o el código mater cuando la paciente está en choque hipovolémico. “Ninguna de las técnicas quirúrgicas está indicada solo para una causa. Sin embargo, todas las técnicas disponibles giran alrededor de contener la hemorragia al aplicar presión sobre el vaso sanguíneo”, mencionó el Dr. Zea Prado.
Un ejemplo claro y cercano de que la capacitación puede reducir la tasa de mortalidad materna es el caso de Chile. Desde 1948 se impulsó en este país un esquema similar al europeo y se inició un programa de formación de matronas profesionales, quienes han estado a cargo de la atención materna desde entonces. La tasa de mortalidad materna en Chile en el 2015 fue de 20.5, una de las más bajas de la región. La diferencia entre Chile y los demás países latinoamericanos, es que la atención del parto es realizada en su totalidad por personal calificado, pues desde hace más de 50 años se han asegurado que el personal que atiende a las mujeres durante la maternidad esté capacitado.
- Fuente:
- Foto: Presidencia de la República Mexicana