¿Qué son los miomas uterinos y cómo tratarlos?

Los miomas uterinos son tumores benignos del músculo liso del útero muy frecuente, que puede afectar al 50% de las mujeres que han llegado a la menopausia aunque solo una parte de ellas presente dolor o sangrado. En mujeres jóvenes, el trastorno es destacable porque puede impedir la gestación pero en muchos casos el mioma es detectado durante una revisión ginecológica sin que la paciente haya sentido síntomas de su presencia. Según explica el doctor Javier Monleón, especialista de Ginecología del Hospital La Fe de Valencia, aunque se trate de una afección benigna que no degenera en patologías más graves, se trata de un trastorno que altera en gran medida la calidad de vida de las mujeres ya que puede ocasionar sangrados y dolor que ocasionan malestar al interrumpir las rutinas diarias laborales o sociales, bajas laborales o incluso anemias.
El mioma aparece por una alteración cromosómica de un grupo de células del músculo liso uterino, que se desordena y empieza a crecer de forma anómala. Genera una masa esférica independiente de otras células normales y, sobre todo, ocasiona problemas con la regla. Se desconocen sus causas aunque se sabe que existe cierta relación hereditaria y también que en las mujeres de raza negra existen más miomas, aparecen antes y son de mayor gravedad. «Al depender de las hormonas femeninas cuando llega la menopausia los miomas dejan de crecer e incluso pueden menguar un poco y atrofiarse. Además, al no haber reglas, dejan de producirse los sangrados», comenta el doctor Monleón.
El mioma presenta dos momentos fundamentales de incidencia y de impacto en la vida de las mujeres: entre las jóvenes que desean quedar embarazadas y las más cercanas a la menopausia que presentan síntomas graves. En las mujeres más jóvenes, la repercusión de la enfermedad es mayor cuando desean quedarse embarazadas y no pueden hacerlo debido a la existencia de uno o varios miomas. Estos casos son poco frecuentes pero constituyen un grupo de pacientes destacado por las consecuencias de una patología considerada benigna. Por otro lado, los miomas se detectan sobre todo en las mujeres perimenopáusicas, entre los cuarenta y algo y los cincuenta y pocos, época en la que empiezan los sangrados desordenados, las hormonas ya no circulan de la forma habitual y se producen irregularidades menstruales, aspectos que ocasionan más síntomas y malestar cuando existen miomas.
El aspecto más positivo es que, dado que los miomas dependen de las hormonas femeninas, al llegar la menopausia estas tumoraciones benignas dejan de crecer en la mayoría de los casos e incluso pueden menguar de tamaño, y los síntomas como los sangrados desaparecen o se atenúan en gran medida. Más del 50% de los miomas no requieren de intervención quirúrgica y sí de un seguimiento para observar su evolución, que dependerá de la edad de la mujer, el tamaño del mioma y los síntomas que ocasiona.