El riesgo de una elevada presión arterial aumenta durante la menopausia

La presión arterial elevada no es exclusiva de los hombres, sino que también afecta a las mujeres: esta enfermedad muchas veces silenciosa puede llevar a complicaciones de salud más graves con el tiempo, por lo que es necesario detectarla a tiempo y llevar un control y tratamiento adecuados. Un dato a tener presente es que, si bien puede aparecer en cualquier momento de la vida, en el caso de las mujeres, la menopausia es una de las etapas donde más se da, por lo que será importante establecer controles periódicos.
En los últimos años se ha notado un incremento en la hipertensión femenina, las posibles causar podrían ser: el crecimiento del tabaquismo en la mujer, el mayor estrés laboral, y una mayor tendencia a una mala alimentación, entre otros. Entre los factores de riesgo se cuenta el ser mayor de 35 años, el tener antecedentes familiares y el padecer otro desorden metabólico. Por otro lado, hay que mencionar que, según algunos estudios realizados, las píldoras anticonceptivas también tendrían cierta relación con el aumento de la presión sanguínea en algunas mujeres, lo que se ve potenciado si encima se padece de sobrepeso u obesidad.
En la mayoría de los casos, durante la vida fértil de la mujer su presión arterial se mantiene estable, si embargo, cuando llega la menopausia el riesgo de hipertensión se incrementa considerablemente. Esto se debe a la falta de estrógenos, que también eleva el riesgo de ganancia de peso, lo que a su vez provoca aumento de la presión, con la mayor acumulación adiposa en el abdomen, generando un círculo vicioso. La clave parece radicar en el endotelio: esta estructura regula la dilatación y la contracción de los vasos sanguíneos. Sin embargo, con la llegada de la menopausia el endotelio reduce su actividad, lo que trae como consecuencia una rigidez de las paredes arteriales y un incremento de la presión arterial.
Muchas veces se denomina a la hipertensión como “enfermedad silenciosa”, ya que suele no presentar síntomas claros en un inicio. No obstante, y con el tiempo, se pueden presentar las siguientes señales: dolor de cabeza, cansancio, taquicardia, inflamación ocular y visión borrosa, zumbidos en el oído, ansiedad, insomnio, falta de concentración, ahogo ante cualquier esfuerzo físico, mareos, debilidad y, en caso de hipertensión más grave, sangre en la orina.
En primer lugar, es importante concurrir a un médico, quien indicará cuál es el mejor camino a seguir para normalizar la presión arterial.
Asimismo, también se puede tener en cuenta los siguientes consejos:
- Caminar al menos media hora al día.
- Dejar de fumar.
- Reducir el consumo de sal en la alimentación.
- Beber un mínimo de dos litros de agua al día.
- Consumir fruta fresca y verdura.
- Para aderezar las ensaladas, optar por aceite de oliva, limón y ajo.
- Moderar el consumo de té y café.
- Evitar ganar peso.
- Reducir el estrés.
- Fuente: Nosotras.com
- Foto: Alejandra Walker