- Fuente: Express y Forbes
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Las mujeres que sufren tensiones y traumas en la adolescencia tienen mayor riesgo de sufrir depresión durante la perimenopausia

Los vínculos que existen entre los factores de estrés de la infancia y los comportamientos de los adultos, así como sus estados de ánimo y de ansiedad son cada vez más claros. Las vivencias que atravesamos como niños a menudo se quedan con nosotros a lo largo de los años, sobre todo si no son tratados a lo largo del camino. Un nuevo estudio de la Universidad de Pensilvania demuestra que las tensiones y traumas que una mujer pasa a través de sus años adolescentes están vinculados a un mayor riesgo de depresión en la perimenopausia, aunque ella no hubiese experimentado nunca depresión antes de esa etapa.
Sufrir de estrés en la infancia tiene efectos permanentes en el área del cerebro responsable del estado de ánimo y también aumenta el riesgo de sufrir de depresión en los años que conducen a la menopausia, de acuerdo a esta investigación. Ya se sabía que algunas mujeres sufren de depresión durante su transición a la menopausia, pero hasta ahora, la investigación sobre cuál era el por qué era escasa. Los nuevos hallazgos sugieren que los cambios que ocurren durante la menopausia pueden desenmascarar un riesgo no detectado previamente de depresión.
243 mujeres entre 35 y 47 años fueron evaluadas a intervalos entre 1996 y 2012. Se les pidió que reportaran cualquier experiencia traumática de su infancia. Las más comunes fueron el abuso emocional, la separación de sus padres y la convivencia con un alcohólico. A lo largo de los 16 años, cada mujer también completó alrededor de 12 evaluaciones de su cognición y estado de ánimo. También se tomaron muestras de sangre para medir sus niveles hormonales. Encontraron que las mujeres que informaron de dos o más experiencias adversas en la infancia fueron 2,3 veces más propensas a tener depresión durante la perimenopausia. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Journal of Clinical Psychiatry.
“El estrés en la adolescencia está asociado a un aumento de los marcadores de inflamación y a una respuesta hormonal poco saludable de los estresores actuales”, dice el autor principal C. Neill Epperson. “Las sustancias pro-inflamatorias como las citoquinas están vinculadas a trastornos metabólicos, enfermedades cardiovasculares, depresión y un mal envejecimiento cognitivo», añade. Los investigadores aseguran que se necesitan ahora estudios para determinar el impacto de la terapia hormonal sobre el riesgo de depresión mayor durante la menopausia para ver si esta terapia revierte los efectos de la depresión.