Cólicos menstruales: por qué duele la regla y cómo aliviar los síntomas

La dismenorrea, también conocida como cólicos o dolor menstruales, es bastante común entre las mujeres en edad fértil y puede llegar a condicionar la rutina de las personas que lo sufren.
Existen dos tipos de dismenorrea, la primaria (aquella cuyo dolor es debido a la menstruación) y la secundaria (causado por algún otro tipo de trastorno).
¿Qué causa el dolor menstrual?
Cuando hablamos de dismenorrea primaria, los cólicos menstruales se deben a un aumento de producción por parte del útero de unas sustancias llamadas prostaglandinas. Estas sustancias son similares a las que el cuerpo de la mujer produce en el momento del parto para la contracción uterina.
Las prostaglandinas hacen que el útero se contraiga y se relaje para que el endometrio se desprenda y sea expulsado del cuerpo mediante la regla. Se trata de un proceso natural del organismo de la mujer, pero el exceso de esta sustancia puede causar dolores y molestias. Cuanto más alto sea el nivel de prostaglandinas, más intenso será el dolor que produce.
La mayoría de las mujeres comienza a sufrir los cólicos menstruales alrededor de 6 meses a un año después de su primera menstruación. Al principio pueden sucederse de manera intermitente y, después, en la mayoría de los ciclos.
Aún se desconoce qué predispone a una mujer para sufrir dismenorrea, pero puede que la inflamación tenga un papel determinante en este proceso. Algunos estudios han demostrado como la producción de prostaglandinas está asociada a la inflamación, y el tejido inflamado tiende a producir más prostaglandinas.
En ese sentido, otro estudio, publicado en Oxford University Press, observó que, en las personas que experimentan mayor dolor menstrual, los niveles de los marcadores inflamatorios en la sangre son más altos.
¿Cómo podemos aliviar el dolor menstrual?
Para conseguir aliviar el dolor de regla podemos tratar de abordarlo por diferentes vías:
- Cuidar tu alimentación para ayudar a contrarrestar los efectos inflamatorios de las prostaglandinas: alimentos que contengan ácidos grasos omega 3 (pescado azul, linaza, marisco, nueces), verduras de hoja verde, chocolate negro; alimentos que sean fuente de minerales como el magnesio (frutos secos, legumbres, quinoa, plátano…) y el hierro (moluscos, sardinas, anchoas…).
- Tomar infusiones de manzanilla, canela o jengibre son eficaces contra los espasmos musculares. Cuentan con propiedades antiespasmódicas y antiinflamatorias, lo que ayuda a que las contracciones musculares se reduzcan, además de mejorar y regular el flujo de la menstruación.
- Limitar el consumo de tabaco, alcohol y cafeína, ya que el equilibrio de las prostaglandinas se ve alterado por el consumo estas sustancias.
- Práctica habitual de ejercicio ayuda al incremento en el flujo de sangre hacia el abdomen. Un metaanálisis de ensayos clínicos reveló que el ejercicio, incluyendo el ejercicio aeróbico, los estiramientos y el yoga, pueden reducir la intensidad del dolor menstrual, así como su duración. Además, realizar algo de ejercicio y estiramientos puede ayudar a destensar los músculos.
- Aplicar calor con una manta térmica o una bolsa de agua caliente y realizar masajes en la parte inferior del abdomen para relajar la tensión.
De todas formas, si los periodos abundantes o dolorosos se han convertido en algo habitual, debes consultar a tu médico o ginecólogo. Sobre todo, si la dismenorrea se produce por primera vez con más de 25 años, ya que podría tratarse de una dismenorrea secundaria.
- Foto: Freepik