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Estudian cómo afectan las hormonas sexuales al cerebro en las etapas tempranas de su desarrollo

Adamed Mujer en 22/06/2016 - 8:05 am en Salud

Uno de los efectos de las hormonas sexuales en el organismo humano es la regulación de la organización cerebral en etapas tempranas del desarrollo, que definirá en la etapa adulta la formación de un cerebro femenino o masculino. En la gestación humana, las hormonas sexuales empiezan a diferenciar el cerebro de un niño o de una niña, pero en ratas de laboratorio hay un lapso en la primera semana de vida durante el cual este órgano puede experimentar cambios significativos en su organización si en ese periodo se le inyecta estradiol o testosterona.

“El estradiol es una hormona importante en la etapa adulta de las mujeres, que participa en múltiples funciones; sin embargo, durante el desarrollo del cerebro desempeña un papel crítico en la organización de este órgano. Si se le aplica estradiol a una rata hembra durante el periodo crítico de diferenciación sexual del cerebro, éste se desfeminiza”, dice Ignacio Camacho Arroyo, investigador de la Unidad de Investigación en Reproducción Humana, Instituto Nacional de Perinatología-Facultad de Química de la UNAM de México.

Si durante ese periodo se le inyecta testosterona a una rata hembra, la enzima aromatasa la convierte en estradiol, hormona responsable de muchos de los cambios en la organización del cerebro. Entonces, esa rata hembra se desfeminiza o masculiniza, y en su etapa adulta la conducta que muestra no es la típica de una hembra. “No tiene sus ciclos estrales, que son similares a los menstruales en la mujer; asimismo, tanto la diferenciación sexual de sus gónadas como su respuesta inmunológica ante ciertos agentes son diferentes. Se comporta como un macho, aunque genéticamente siga siendo una hembra”, explica el investigador. Las ratas que reciben hormonas sexuales siguen siendo, desde el punto de vista genético, machos o hembras, pero su cerebro cambia y se comportan de acuerdo con las hormonas que se les hayan aplicado. La hembra se desfeminiza o masculiniza, y el macho se desmasculiniza o feminiza.

“Tras estudiar algunos mecanismos relacionados con estos cambios, hemos visto que la regulación de los genes es distinta en una hembra desfeminizada que en otra que no lo está, pues los genes que participan en muchos fenómenos cerebrales y que actúan en una hembra desfeminizada son diferentes de los de una hembra que no recibió, de manera exógena, hormonas sexuales”, apunta Camacho Arroyo. Una de las características más interesantes de las hormonas sexuales, sobre todo en las mujeres, es que cambian mucho a lo largo de la vida de éstas, en especial cuando están en edad reproductiva y se presentan los ciclos estrales o menstruales, así como durante el embarazo y la menopausia.

El investigador y sus colaboradores estudiaron también los efectos de estos cambios hormonales en la organización del citoesqueleto después de lo cual observaron que, durante el ciclo estral, el embarazo y la lactancia, y en modelos de menopausia en roedores, cambia la cantidad y la actividad de las proteínas. El citoesqueleto es muy importante porque está relacionado con la forma y el movimiento de las células, la división celular, el transporte celular y muchos fenómenos que tienen que ver con la sinapsis. “Los fenómenos de memoria y aprendizaje son diferentes en distintas fases del ciclo estral o cuando una mujer está embarazada, y estas diferencias se han asociado a cambios en el citoesqueleto de las neuronas y las células gliales”, señala el investigador. “Al estudiar el efecto de las hormonas sexuales en la producción de las proteínas constituidas por el citoesqueleto, vimos que, dependiendo de la región del cerebro y del estado fisiológico en que está el organismo, las hormonas sexuales tienen un impacto muy grande en la manera en que se organiza el citoesqueleto, lo cual se asocia a cambios conductuales en la mujer”. Camacho Arroyo y sus colaboradores han establecido una vinculación entre dicho impacto y el funcionamiento cerebral durante el ciclo estral, el embarazo o la lactancia en modelos animales.

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