¿Por qué hay complementos nutricionales solo para mujeres?

Diferentes expertos consultados por el diario El Mundo aseguran que tiene sentido que existan suplementos vitamínicos y complementos nutricionales específicos para mujeres aunque lo más importante sea llevar una correcta alimentación. Están indicadas en población de riesgo, mujeres embarazadas, mujeres con menopausia, dietas vegetarianas o dietas veganas. Las mujeres deben plantearse su consumo en determinadas situaciones o momentos de la vida. Son recomendables en los periodos menstruales, meses previos al embarazo, en el embarazo, en la lactancia y y en la menopausia. Es fundamental adaptar ese ‘extra’ de vitaminas a las necesidades de cada etapa de la vida de la mujer.
La menstruación
Se proponen combatir el cansancio que a veces genera la falta de hierro que se produce durante la regla.
- La Vitamina E. Beneficiosa para controlar la retención de líquidos y evitar la irritabilidad.
- La Vitamina C. En esta etapa se pierde mucho hierro a través del sangrado. Esta vitamina es la que ayuda a su absorción y por tanto, es importante reforzarla.
- La Vitamina A. Disminuye el dolor e hinchazón del pecho.
- La Vitamina B. Dentro de este tipo de vitamina, la B12 y la B6 están especialmente recomendadas para los síntomas premenstruales.
Embarazo y etapa previa al embarazo
El embarazo es la etapa en la que las mujeres están más concienciadas con la importancia de la alimentación y los nutrientes. Tomar suplementos vitamínicos prenatales asegura la ingesta de las cantidades extra necesarias de yodo, hierro y ácido fólico. Una dieta equilibrada debería aportar el resto de vitaminas y minerales que necesitas durante el embarazo.
- Ácido Fólico. Es un tipo de vitamina B importante para mujeres embarazadas. Tomar 400 microgramos de ácido fólico a diario durante el mes anterior al embarazo y 600 microgramos diarios a lo largo de la gestación puede ayudar a prevenir los llamados defectos del tubo neural, malformaciones cerebrales y de la médula espinal.
- Hierro. El cuerpo utiliza el hierro para producir una sustancia que permite a los glóbulos rojos transportar el oxígeno a todos tus órganos y tejidos. Durante el embarazo se necesita una cantidad extra de hierro ya que, desde los inicios de la gestación, el volumen de sangre aumenta, y con él la necesidad de hierro para suministrar oxígeno a la mujer y al bebé. Si el consumo de hierro no es suficiente, puedes desarrollar anemia. La dosis diaria de hierro recomendada durante el embarazo es de 27 miligramos.
- Calcio. El calcio se utiliza para construir los huesos y los dientes de tu bebé. Toda mujer mayor de 19 años, embarazada o no, debería ingerir 1.000 miligramos de calcio al día, y la cantidad asciende a 1.300 miligramos diarios entre los 14 y los 18 años.
- Vitamina D. La vitamina D trabaja junto al calcio para ayudar al desarrollo de los huesos y los dientes del bebé. Además, es esencial para asegurar que tenga una piel sana y una buena capacidad visual. Toda mujer, embarazada o no, necesita 600 unidades internacionales (15 microgramos) de vitamina D a diario; durante el embarazo y la lactancia, este aporte debe proveer al bebé con suficientes reservas de vitamina D para sus primeros meses de vida.
- Yodo. Su consumo es importante para asegurar el correcto desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé. Es difícil obtener los 150 microgramos diarios recomendados durante el embarazo a partir de alimentos y se recomienda tomar un suplemento vitamínico prenatal que contenga yodo desde el momento en que se considere la posibilidad de embarazo y hasta finalizar la lactancia.
Menopausia
Se recomienda tratamientos complementarios para disminuir la frecuencia e intensidad de los sofocos, mejorar otros síntomas típicos de la menopausia, como la disminución de la libido o la sequedad de piel y los derivados de la osteoporosis. Para reducir los sofocos es recomendable ingerir alimentos ricos en omega 3, antioxidantes, vitaminas C y E y complementos alimenticios con isoflavonas de soja. También se debe aportar calcio a la dieta. Por último es necesario realizar ejercicio aeróbico durante 1 hora al menos 3 días a la semana, al aire libre si es posible, para favorecer el metabolismo de la vitamina D.