¿Cómo aumentar nuestros niveles de vitamina D?
En esta tercera entrada de la serie Saludablemente, el Dr. Guillem Cuatrecasas nos habla de la vitamina D. ¿Qué funciones ejerce en nuestro organismo? ¿Cómo detectar su carencia? ¿Cómo aumentar nuestros niveles de esta vitamina?
Actualmente, todo el mundo habla de la deficiencia de vitamina D. Hasta bien poco pensábamos que era una sustancia que dependía de que tomáramos el sol y de que nuestra piel fuera capaz de fabricar esa vitamina. Y pensábamos que sólo servía para que tuviéramos, en la sangre, niveles de calcio suficientes para que nuestros huesos se mantengan fuertes.
Hoy en día sabemos que no es así: la vitamina D es una verdadera hormona y ejerce muchísimas funciones en el organismo. Actúa en el músculo, en la piel, como anticancerígeno y es capaz de regular incluso la inmunidad. Por tanto, es una sustancia muy importante.
Deficiencia de vitamina D
Las proporciones de deficiencia de vitamina D en España son muy preocupantes: alarmantes. Prácticamente hay un 60% de la población, incluso niños, que tienen niveles más bajos de lo requerido.
Existen varias causas para explicar esta deficiencia. Efectivamente, el sol es importante para estimular las células de la dermis, de la piel, para transformar la vitamina D en vitamina D activa. Sin embargo, necesitamos unos precursores, de origen alimentario, para poder sintetizar suficiente vitamina D.
En el pescado azul (sólo el azul), en los frutos secos, en los lácteos y en algunos champiñones encontramos esa fuente de pre-vitamina D de origen alimentario. Hoy en día consumimos muchas menos sardinas, arenques, boquerones… no se come como en el pasado. Además, nuestras preferencias van hacia el pesado blanco… y el salmón y el atún probablemente son congelados.
También el uso de cremas solares, para evitar el cáncer de piel (muy necesarias, por otro lado), han contribuido a que tengamos una menor exposición al sol de nuestra piel.
Finalmente, es muy importante destacar que existen enfermedades muy comunes, como la obesidad, la diabetes, las enfermedades reumáticas, la osteoporosis… o, sin ser una enfermedad, la propia menopausia, que implican un consumo mucho mayor de vitamina D. Por lo tanto, aunque tengamos una fuente alimentaria o solar, la consumimos en exceso.
Debemos aprender a reconocer cuáles son los síntomas de la carencia de vitamina D:
- dolores articulares
- sensación de hormigueo en las manos o en los dedos
- calambres, tirones
- sensación de cansancio acusada
No sólo la osteoporosis está relacionada con la ausencia de esta vitamina. Es importante tener presentes todos estos síntomas. Aumentemos nuestro consumo de pescado azul, tomemos el sol (de una forma moderada) y, si es necesario porque tenemos muchos síntomas de deficiencia, tomemos también un suplemento de vitamina D, pura, en forma de colicalciferol.