Obesidad y síndrome de ovario poliquístico
En esta vídeo-píldora de la serie Saludablemente, la endocrinóloga Belén Ghio nos habla de la relación entre la obesidad y el síndrome de ovario poliquístico.
El síndrome de ovario poliquístico es uno de los desórdenes endocrinológicos y metabólicos más frecuentes en las mujeres jóvenes y suele manifestarse desde la adolescencia. Lo definimos como un conjunto de signos y síntomas que suceden de manera secundaria a un exceso de hormonas masculinas, llamadas andrógenos, y a un incorrecto funcionamiento de los ovarios. Estas manifestaciones clínicas pueden ser:
- la presencia de vello abundante en el cuerpo y la cara, llamada hirsutismo.
- tendencia a tener acné.
- caída de pelo.
- reglas irregulares y problemas de fertilidad.
- aumento de la grasa abdominal y obesidad.
- resistencia a la insulina.
Es decir, hay una dificultad para metabolizar los hidratos de carbono y por ello aumentan las cifras de insulina en sangre. Esto favorece la ganancia de peso y la dificultad para adelgazar.
El aumento de peso en estas mujeres empieza, generalmente, alrededor de la pubertad y acarrea la manifestación o empeoramiento de los signos clínicos del síndrome de ovario poliquístico, como el hirsutismo y las irregularidades menstruales. También existe un mayor riesgo de tener los niveles de colesterol elevados y padecer hipertensión arterial.
La causa de este síndrome aún es incierta pero sabemos que esta relacionada con una predisposición genética combinada con factores ambientales como la dieta y el estilo de vida.
Años atrás, el manejo del síndrome de ovario poliquístico estaba enfocado sólo a producir reglas mediante el uso de anticonceptivos orales. Hoy en día, sabemos que logrando una buena pérdida de peso mediante la actividad física moderada, una alimentación saludable y el uso de fármacos seleccionados lograremos efectos muy positivos sobre la salud de estas mujeres. En muchos casos se conseguirá regularizar las menstruaciones y favorecer la fertilidad.